Y todo tiene que comenzar citando a la genialidad de Charly García que inmortalizó la frase "Adoro la tele-transportación" en la increíble canción "Fax U" de la ópera rock "La hija de la lágrima". Y planteamos entonces que el teatro es una deriva poética-política que contiene y produce múltiples instancias de experimentación. Aquí interesa pensar y reinvindicar la idea de "transportación" como modalidad profunda que lo teatral genera en aquellas subjetividades que se dejan atravesar por esta entidad constituyente. La transportación está fundamentada en relación a términos como movimiento y tránsito. Generar y recepcionar teatro es una praxis que nos lleva, nos mueve, nos conmueve. Es un viaje conmovedor. Hasta podríamos arriesgarnos a estudiar la cuestión teatral como una "fenomenología de la conmoción". Desde ese punto de vista es atractivo pensar en una dialéctica aurática que genera un código de movimiento en donde "hacemos teatro" al tiempo que el "teatro nos hace". Estamos proponiendo vincular "origen" y "destino" como perspectiva analítica y de allí deviene la "función transporte". El teatro así entendido es un "medio o espacio" de transporte colectivo y público, contiene a quienes realizan y ejecutan la obra y a quienes expectan y se envuelven con los "ropajes" de espectadores. El teatro es un arte viajante, nos hace viajar, no requiere de pasaportes ni pasajes solamente nos acoge en su vientre generoso y comienza a andar recorriendo caminos de todo tipo, inventando trayectos, construyendo rutas creativas. La hipótesis que aquí se imagina es que el teatro es una especie de "tele-transportación" entendido como un proceso artístico de movimiento a partir de una ficción o ficcionalización en donde se mueven todos aquellos que participan del acontecimiento convivial o convivio produciendo un tránsito hacia otros lugares-tiempos sin atravesar el espacio físico. La tele-transportación teatral, así definida, incumbe un estado de imaginación viajante, movilizada, itinerante, metaforizada. Consideramos que la premisa planteada forma parte del universo de estudios ontológicos del teatro, según Jorge Dubatti: "La Ontología teatral es el estudio del teatro en tanto acontecimiento y producción de entes o el estudio del acontecimiento teatral y de los entes teatrales considerados en su complejidad ontológica". La transportación teatral se encontraría enmarcada en este territorio perteneciente a los estudios que practica la filosofía del teatro. Preguntas como: ¿Es factible la transportación espacio-temporal en un acontecimiento teatral? ¿Qué tipo de "operaciones de fuga" o "viajes" pueden darse en el marco del convivio y la cuestión poiética? Volviendo a Dubatti y su perspectiva leemos: "La Filosofía del Teatro recurre a la pregunta ontológica como vía del conocimiento ¿qué hay en el teatro?, ¿qué pasa en el teatro?" Y entonces enlazamos: en el teatro hay entre otras cuestiones que lo definen una "zona de experiencia de transportación" en donde sucede el movimiento que produce tránsitos, recorridos, caminos, desvíos. El teatro así visto es un acontecimiento móvil-movilizante-movilizador que acecha a lo estático y que se vincula a la posibilidad de un "periplo extático". De este modo el teatro es siempre "methafora" que estrictamente en griego significa "transporte" y que la utilizamos como desplazamiento o transposición o traslación. En este punto nos encontramos con el pensamiento de Michel de Certeau que escribe en el ensayo "Spatial stories" que: "En la Atenas moderna, los vehículos de transporte público se llaman methaporai". Aquí estamos tomando al teatro como vehículo o acontecimiento metafórico. Siguiendo al citado De Certeau todas las historias son trayectorias espaciales, son metáforas que atraviesan y conectan lugares. "Todas las historias son historias de viaje", sostiene, y agrega: "una práctica espacial". Aplíquese en este contexto excursivo lo elaborado por el autor al teatro y su "operación ontológica de transportación". Más aún, proponemos a la experiencia acontecimental del teatro como una variante físico artística de tele-transportación en donde los participantes del convivio pueden desplazarse hacia otros lugares-espacios y tiempos. Dejamos abierta la puerta para continuar indagando sobre las diferentes aristas que podrían conformar este proceso que intentamos describir. Más allá de esto, estamos tentados de afirmar que el teatro y su comunidad, como Charly García, adoran la tele-transportación.
Gabriel Penner