Palimptextos

Este excursus tiene como punto de partida una provocación:toda escritura es en sí una reescritura porque el arte y la cultura es un todo que se va alimentando de procesos textuales anteriores. De ahí que en este espacio problematizemos el concepto de "originalidad" porque toda obra está contaminada, atravesada, contagiada por otra u otras obras. Hace algunos años el grupo de trabajo editorial literario-musical "Violín Rayado" llevaba la siguiente frase insignia marcada en sus publicaciones: "Una obra genera otra obra y otra obra la próxima...", así ad infinitum. Entonces todo texto en sentido amplio sería tributario de uno u otros anteriores. Siempre estamos escribiendo, podría decirse, en función de un pre-texto. Y este punto nos plantea el nudo de lo que se considera reescritura dramática o escritura de orden palimpséstico. Si como sostienen los filósofos Giles Deleuze y Félix Guattari somos “máquinas deseantes”, resulta importante al momento de producir un acercamiento a la reescritura ejercitar una lectura montada en el deseo del "pre-texto" elegido, porque como se insiste en las ideas que venimos presentando en estas páginas dedicadas a las escrituras, sean teatral o poética, siempre se escribe con el cuerpo. Lecturas deseantes producen escrituras de riesgo. Aquí emerge el concepto de "reescritura radicalizada" orientada por el procedimiento palimpséstico en donde se establece el vínculo con la idea de un texto clásico para luego generar un nuevo texto a partir de lo que hemos denominado “operaciones palimpsésticas de escritura”. Una pregunta pertinente para esta cuestión es: ¿qué es un clásico? El escritor Italo Calvino en su libro “¿Por qué leer a los clásicos?” se aproxima a esta definición: “Los clásicos son libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando se imponen como inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual”. Y continúa presagiando:“Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”. Cuando nos acercamos a un “clásico” a partir del proceso de reescritura radical operamos una lectura revisitada, siempre guiada en primera instancia por el placer del texto, esa lectura que plantea Roland Barthes que nos hace levantar la cabeza porque nos inunda “de ideas, de excitaciones y de asociaciones” y nos situamos en el marco de una “verdad lúdica”, constituida por un juego de lectura que re-descubre códigos. Esta metodología de creación "vía palimpsesto" se relaciona con el concepto de “apropiación creativa” por el cual quien reescribe toma el texto de origen para transformarlo de múltiples maneras y generar un texto de llegada con señales de "intertextualidad" o "transtextualidad" como expresa Gerard Genette. Es aquí en donde aparece lo que denominamos “operaciones palimpsésticas” que conllevan lecturas, traducciones, borraduras, modificaciones, continuidades, discontinuidades, siempre en proceso de reescritura. En todo intento reescritural hay huellas, rastros, restos, fantasmas, espectros del texto original, pero sobre todo, hay una aparición de un texto nuevo que se va delineando, desprendiendo de todo lo anterior. Y entre esos dos textos, uno de partida, otro de llegada, hay relaciones contingentes. Ya lo observaba Frederic Nietszche en su libro Ecce Homo: “No es todavía mi hora, algunos nacen póstumos”. A su modo lo que planteaba el filósofo es el concepto de “unzeigemaas" que se traduce como “extemporáneo o intempestivo”. Se trataría, pues, de producir una "e(x)critura", sí con (x), que ponga en crisis el espíritu de la época. Esa "excritura", en próximos textos desarrollaremos la idea, se encuentra en intersección con la búsqueda de una reescritura diferenciada ya que se puede plantear que los textos clásicos son póstumos porque siempre tienen algo nuevo por decir, siempre están llegando, advienen, siempre están develando diferentes circunstancias entre sus pliegues. Y entonces sostenemos que todo acto creativo así entendido es una "traición".Traicionar al autor y al texto original. Uno de los máximos exponentes del concepto de traición como proceso creativo y leimotiv literario es Jorge Luis Borges quien a partir de sus relatos y ensayos nos abre múltiples puertas para pensar la "racionalidad del traidor". Para la finalidad de este escrito viene al caso sostener que cuando operamos una transformación reescritural utilizamos varios "disfraces", entre ellos el de ladrón y el de plagiador, y por qué no el de traidor, pero sobre todo el de escritores/as que innovan a partir de un "proceso de deconstrucción". Entendemos en este contexto de reescritura dramática radical a la deconstrucción como un proceso de desmontaje creativo de los elementos del texto original o texto de partida para elaborar una resignificación y generar un nuevo texto o texto dramático de llegada, apropiándonos de ciertas herramientas elaboradas por el filósofo sefaradí Jaques Derrida para los fines de la escritura de piezas escénicas. Por otra parte, Jean Paul Sartre en su monumental "San Genet: Comediante y Mártir" refiriéndose a la traición en relación al artista escribe: "Traicionar por medio de palabras es hacer que nazca un Destino”. Para luego sentenciar: “...Genet lo sabía…no se puede traicionar sino lo que se ama”. Amar la obra de otro autor o autora para traicionarla y construir la propia, ahí está la cuestión. Esta posición nos lleva a pensar que entre todos los trajes o máscaras que se pueden usar para reescribir nos podemos encontrar con el de Marcel Duchamp a partir del concepto de "ready-made" que elaboró para alguna de sus obras artísticas y que podemos adoptar para nuestro trabajo dramatúrgico. Se trataría de reutilizar un "texto ya hecho" para reconvertirlo en una pieza novedosa a partir de múltiples intervenciones. Como se dijo, el operativo de palimpsesto implica una escritura de un texto sobre otro texto ya escrito con anterioridad. Podríamos sostener que todo texto es a su modo un palimpsesto porque está originado en una palabra o en una idea o en una imagen producida por otros, oblicua, anterior, jugando léxicamente se podrían llamar “palimptextos”, textos que se alimentan de otros textos, que se nutren de otros discursos, de otros cursos, de otros recursos y excursus; siempre es lo otro y los otros los que están escribiendo con nosotros, por eso todo texto es una "ree(x)critura", es una búsqueda de algo que ya fue escrito y al mismo tiempo de algo que está por escribirse. Reescribir un texto clásico asentado por años o siglos requiere capacidad poética para desordenar, caotizar y reordenar las coordenadas de dicho texto y libertad para desafiar la autoridad del autor que haya escrito el texto de base. Ese texto iniciático es la base con la cual establecemos diálogos creativos a partir de preguntas, continuidades, rompimientos y todo tipo de relaciones posibles. El texto sostén, pongamos por caso “Hamlet” de William Shakespeare, es un lienzo sobre el cual se practican procesos de apropiaciones, borraduras, tachaduras, rescates, citas o cualquier actividad creativa que estará definida por lo que se sostiene en el libro “Palimpsestos, la literatura en segundo grado” como transcendencia textual del texto o transtextualidad. Se escribe por lo tanto rescatando las relaciones trans-cendentes de uno o más textos con el que se está construyendo el texto por venir. Y al mismo tiempo nuestro texto puede convertirse en un terreno fértil para que otros dramaturgos y dramaturgas puedan generar conexiones con nuestro original. Y la clave está en comprender el texto de origen como una especie de “papiro” sobre el cual hay que reescribir. Y así planteamos el “devenir” de un nuevo texto, proceso de devenir entendido como dialéctica que recupera y transforma al mismo tiempo. Puede ser interesante incorporar una palabra alemana que instaló el filósofo Georg Hegel para desarrollar su dialéctica: “aufheben” que tiene múltiples significados puestos en relación: abolir-preservar o conservar-trascender-sublimar-sintetizar. La reescritura en clave dramatúrgica radicalizada está caracterizada por ese proceso creativo de relaciones con otros textos bajo un procedimiento dominado por un devenir desarrollado hacia el concepto de "aufhebung" que tiene la múltiple significación (superación/cancelación/conservación de los elementos anteriores). Habíamos planteado el clásico shakespeareano y entonces podemos ver ahí la apropiación y el trabajo palimpséstico desarrollado por el dramaturgo alemán Heiner Muller en su obra “Máquina Hamlet”. (Sobre el trabajo de H. Muller leer el excursus en este blog "Máquina de Condensación") Por otra parte, ya hemos diseccionado en otro artículo el “caso Arlt” que es muy atractivo para pensar la idea de "transtextualidad interna" ya que hay intensas relaciones entre sus textos en una diversidad de géneros: cuentos, novelas, aguafuertes, periodismo y teatro. En dicho artículo se observa un "trasvasamiento intertextual" en un mismo autor a partir de la diversidad genérica. (Ver: "La maquinaria transtextual: una aproximación a la dramaturgia de Roberto Arlt"). Entonces argumentamos que todo texto es un “palimptexto”, nutrido, alimentado por otros textos. Pero esta relación transtextual sería una instancia incompleta para nuestro propósito trazado si no pudiésemos operar una borradura que ponga en crisis la primera textura. “Palimpsestear” es un neologismo que nos permite abocarnos a un proceso de reescritura con fines dramáticos a partir de un modus operandi consistente en sobre-escribir o re-inscribir. Cada autor/a deberá ejercer el oficio y ejercitar su creatividad para dirimir las “distancias” respecto de su "nutrimento original", cada cual irá construyendo su estrategia para armar su “máquina transtextual”. Por último hagámonos algunas preguntas para motivar el deseo de relectura y reescritura. ¿Qué tienen para decir hoy y para el tiempo y los lectores por venir las tragedias griegas de Esquilo, Eurípides y Sófocles? ¿Qué pueden mostrar en estas zonas actuales las comedias de Aristófanes? ¿Podemos llamar a Antígona, a Ifigenia, a Medea, a Electra, a Orestes, a Edipo, con otros nombres y transitar sus historias y características personales con formas vigentes? ¿Podemos ver la posibilidad de la dramaturgia bajo relaciones transtextuales? ¿Nos animamos a asomarnos a la producción de "palimptextos"?


Gabriel Penner

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