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Documental sobre el silencio

Supongamos que la hoja, o la pantalla, o el cuaderno, es un desierto. Lo más contundente del desierto es la soledad y el silencio. La poesía, cualquiera sea su forma, sea escrita, rumiada, escupida, es ese intento por documentar el silencio desde la palabra. El trabajo del egipcio Edmond Jabés es un potente ejemplo digno de ser observado. Dice en la entrevista-libro realizada por Marcel Cohen: “Tal vez, efectivamente, fuera necesario el éxodo, el exilio, para que la palabra privada de toda palabra –y desde entonces enfrentada al silencio– adquiriese su verdadera dimensión. Palabra donde ya nada habla y que, por estar totalmente liberada, se hace profundamente nuestra; al igual que solo somos verdaderamene nosotros mismos en lo más árido de nuestra soledad.” La utopía del poeta es despalabrarse, perder la palabra, llegar a la mudez escritutaria, para quedarse sin signos o “ensilenciarse”. En el desierto, en los páramos desérticos o en los espacios metafóricos que la vida nos presenta es en donde se puede documentar el silencio. En este contexto es legítimo pensar que toda palabra mutila ya sea al que la emite como al que la escucha, extiéndase esto al escritor y al lector. Palabras que cercenan a otras palabras, que acribillan imágenes, músicas y etcéteras. Y sin embargo la palabra insiste, cobra potencia en la impotencia, o como lo plantea Jabés: “La palabra tiene permiso de residencia únicamente en el silencio de las demás palabras.” Y si nos asomamos a la obra de Samuel Beckett podemos abismarnos en lo que Laura Cerrato definió como una "teoría de la despalabra" analizando la génesis de la poética becketteana. Esto puede palparse de manera absoluta en el último poema que el autor irlandés escribió antes de morir cuando se hallaba internado en un geriátrico de París bajo el título "Cómo decir". Allí las palabras-fragmentos se van esfumando, se escriben-dicen para desaparecer, es un poema-fin que busca lo imposible despalabrarse a partir de la palabra, es la palabra que se vuelve silencio. Ese "Comment dire" es un balbuceo, un abandono intencional, un oxímoron de inacción que acciona. Hay en ese poema un espiral que conduce hacia el silencio, una retórica muda que comienza a construirse desde el título "What is the word". Entonces, se descubren las preguntas que guían a cualquier intento de hacer un poema: ¿Qué es la palabra? ¿Cómo decir? ¿Qué decir? Escribir para desafiar la escritura, escribir para llegar al silencio, escribir para dejar constancia y documentarlo. Por lo tanto los trazos del viejo Samuel indican un hilo significante:
...cómo decir-
esto-
este esto-
esto aquí-
todo este esto aquí- ...
Podría pensarse como un poema infinito, tan infinito como el silencio. Ahora bien, quizás las criaturas sin palabras como por ejemplo los maniquíes sean los que mejor puedan documentar poéticamente el silencio. Es sólo una hipótesis perdida, una esperanza que se insinúa en mis convicciones precarias. Objetos repletos de silencios que documentan y generan un teatro de la palabra enmudecida. Para finalizar por el momento este "excursus en el desierto" me permito señalar y recomendar con vehemencia toda la obra del cineasta coreano Kim Ki Duk como un gran homenaje al silencio a partir de una poética cruel en donde los protagonistas están deslenguados.Y de este modo, todo se convierte en un drama-poema que no se dice.

Gabriel Penner